En muchas ocasiones, cuando se trata de la educación infantil, tanto docentes como
familiares muestran gran preocupación por el aprendizaje de números y conceptos,
mientras que se le da poca importancia a los espacios para el desarrollo de la sensibilidad y la expresividad, como es el caso del espacio que ofrece la literatura, el cual permite abrir la mente y el corazón hacia otro tipo de conocimientos.